lunes, 5 de septiembre de 2011
Ponen todos, juegan algunos - Quilmes Vs. River
Por Germán Gerbo
Concluidos tres encuentros que podrían ser enmarcados dentro de los más “fáciles” por decirlo de una manera, el fixture nos deparaba una parada un tanto más complicada, visitar el Sur para batirse en duelo con el molesto Quilmes de Carusso, quien desde un principio dio a conocer que su esquema no iba a variar mucho de lo que supo hacer en demás equipos en una situación como la del Cervecero.
El arranque frenético millonario no se hizo esperar, desde el vamos se volvió a dar la constante de “meten todos”, con un Aguirre comprometido en demasía, siempre altivo en la lucha y usualmente victorioso, supo hacer de la pelota un utensilio de transición dentro de lo poco que este pudo trasladarse de pie en pie limpiamente.
Cabe destacar la aparición goleadora del eterno Cavegol, como las viejas épocas capitalizando un pelotazo con poco destino y de un derechazo implacable y con mucha fuerza, la colocó en el palo derecho del arquero, haciendo inútiles sus aspiraciones por detener el remate. De esta manera el nueve goleador por fin conseguía su primer grito, como debía ser, ya que aparentemente en este nuevo River, los goles, los hacen los volantes.
Se acentuó un error en particular en mitad de cancha, nuevamente Domingo hizo vista a cuanto jugador se le topase adelante convirtiéndose en una opción de ataque para Quilmes. No fue la misma la proyección de los volantes laterales en este partido, tanto Sánchez como Ocampos fueron más estáticos, sectorizaron el juego en determinados puntos de la cancha generando toque por momentos
Dentro del orden defensivo se pudieron divisar algunos errores de diversa índole, tales como fallas en la salida (una constante en los laterales), perdidas de marca, fallas en la posesión y en su conjunto la estocada final, aquel cabezazo letal que condenara definitivamente al encuentro en un mezquino empata.
¿Cuáles son las conclusiones? Dando un leve vistazo al corto camino recorrido hasta ahora se podría decir que este fue el primer rival “de peso” entro del certamen, uno que planteó el partido como trabado desde el inicio y supo complicar al conjunto de Núñez hasta el final. Sin embargo yo entraría en una eterna controversia, la de poner “huevo” o poner “juego”: Para el paladar del hincha popular argentino, que un jugador X, sea cual fuere la posición vaya a trabar es merecedor de una “medalla de honor” por así decirlo ya que eso sería jugar bien este deporte, pero como siempre vengo diciendo, el paladar del hincha millonario es diferente, no solo exige ganar sino que también jugar bien. Es así que hoy puedo ver a un técnico que expresa lo que fue como jugador dentro de la cancha, plantando un 4-4-2 que meta y ponga hasta el final, generando un desgaste extremo pero agradable a los ojos del “nuevo” hincha millonario que solía conformarse con muy poco, ahora está recibiendo un poco más de lo que imaginaba gracias a caer una categoría debajo de la que debería estar.
Sin más preámbulo y como siempre diciendo que esto es largo, se deberán enmendar los errores defensivos, encontrar una regularidad de juego para los volantes y delanteros y saber definir los partidos más ásperos en terrenos difíciles.
Con toda la tristeza es que hoy me puse a escribir de mi River que deambula por terrenos amargamente desconocidos, lo veo, veo a mis alrededores y veo a mi historia y no lo entiendo, como se pudo caer donde se cayó, como se pudo ser tan ciego de no preveer esto antes, ¿qué votó el socio?, ¡alguien que me dé una explicación! Sencillamente, esta seguidilla de interrogantes seguirá hasta la próxima vuelta…
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