sábado, 12 de noviembre de 2011

No sólo descendió la banda.


En junio, lo recuerdo muy bien y con tristeza, ocurrió lo inesperado, una noticia que le dio la vuelta al mundo y fue tapa de todos los diarios , el descenso de River pasó de ser algo inverosímil a convertirse en un hecho concreto y más que concreto histórico, esto como consecuencia de un conjunto de acciones irregulares y procedimientos que buscaban más el bien propio que el de una institución, pero bueno, eso no es lo esencial, lo importante ahora es hablar de un fútbol argentino que viene de mal en peor, de fracaso en fracaso y que peor aún se acostumbró a ello.

Entonces es ahí cuando digo que no sólo descendió River Plate, descendió todo el fútbol argentino y se llevó consigo -agarrado de la mano- , o quizás cargándolo en la espalda a la selección albiceleste.
Un fútbol gaucho que para la gran mayoría era el fútbol más lindo , y con más emociones del continente y que se ve resumido a esto, a la nada misma y al no hacer ni lo más mínimo por salir de esto, que se encuentra envuelto en una profunda confusión que se aumentá día a día con un montón de preguntas sin respuesta , tales como ¿Quién es el culpable? ¿Por qué Messi no rinde acá? ¿Se tienen que ir Grondona , Sabella y compañía? y es ahí cuando yo digo , ¿cómo se quiere una solución, si no se sabe cuál es la solución que se quiere? Explico: La solución para muchos es el ganar como sea, con esto todos los problemas desaparecerían y Argentina volvería a ser aquella potencia que se esfume resultado tras resultado, pero para otros la solución debe ser más profunda, debe ser una solución interna, un remedio infalible que encuentre un modelo de juego y que indique a que se juega y que explique que un triunfo no es consecuencia del azar o que a su vez no se cambie este modelo por el accidente de una derrota inesperada.

Pero no, esta utopía se encuentra en un ring con el miedo, y es el temor el que gana por un KO en el primer round, el miedo al fracaso se apodera de todos y no deja que los buenos ideales de unos pocos se lleven adelante, y hace que el mejor jugador del mundo sea uno más del montón.
No estoy diciendo que la selección debe de jugar como el Barcelona, algo para mi imposible, pero debe tener claro a qué quiere jugar y con quién quiere hacerlo,aunque el resultado-enemigo íntimo de las ideas- lo condicione.

Remitámonos al apertura argentino, en dónde un mediocre Boca Juniors es líder en solitario y que nos muestra que sus más inmediatos perseguidores son un pobre Atlético Rafaela y un mezquino Racing Club, antes para ser líderes en Argentina debías hacer mucho más, no hay que ir hasta Pedernera-Lostou-Moreno-Labruna o hasta el Boca Junior campeón de todo con Bianchi, hablemos de algo más cercano, el Huracán de Cappa, el sólido e infranqueable Estudiantes de Sabella, entre otros equipos, este nivel actual es malo por no decir muy pobre, partidos donde no se ven propuestas de ningún lado y que la victoria está más del lado de la suerte que de la certeza y que las excusas son los títulos de los diarios de los lunes, pero algo peor que esto es que no se quiera ver lo que en realidad está pasando, para muchos es más importante una mentira comprensible que una verdad incompresible y ahí está uno de los grandes errores, el entender que hay una crisis ideológica y futbolística y no escudarse en climas, árbitros ni de más impostores del fútbol, que tienen que ver con todo, menos con el fútbol.

Pero volvamos a los dirigidos por Sabella, y es ahí cuando quiero citar a Roger Ciruana "una vez que se ha tomado una decisión, es posible que se haya dudado en el proceso, no importa, pero cuando se ha tomado la decisión se tiende a buscar por donde sea factores que apoyen que es una decisión perfecta y se ignora lo contrario" ¿Cuál es la decisión de Sabella? ¿Cuál es la decisión del fútbol argentino? ¿Cambiar fecha tras fecha de ideas, de nombres y de conceptos? La verdad no creo que esa sea la decisión, porque estoy seguro que no se ha pensado en un dictamen ya que se piensa más en un resultado.

No se quién le vendió esa capa de superhéroe a Leo, ni mucho menos quién se la compró, pero lo único cierto es que no le queda nada bien, pero es el ambiente mismo que lo ha llevado a esto, al querer resolver solo, lo que una base inexistente no puede ni acercarse a solucionar.
Es claro que hay una necesidad de triunfo, de alegrías pero con jugar a lo que salga se agranda más el camino hacia la meta, si se juntan estas necesidades comúnes y si se reúnes las calidades de todos los jugadores para encontrar un mismo ideal será mucho más fácil que si se impone una recopilación de motivaciones enfrentadas.

Quiero volver a ver esas tardes en las que ver a la selección Argentina emocionaba, enamoraba y gustaba, pero seguro que no es un problema de hombres ni de nombres, es un problema de concepto, de ideas y de convicción.

"Para aprender necesitamos en primer lugar comprender lo que queremos aprender" José Antonio Marina

Ricardo Madrid Builes @Ricardomadbui

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