Por Lucas Bendayan
Se acercan las elecciones de la Asociación del Futbol
Argentino todos los seguidores de este deporte nos preguntamos si
verdaderamente se elige a una persona o esta ya esta elegida de antemano.
Rondaba el mes de Abril del año 1979, precisamente el día 8,
cuando Julio Humberto Grondona asumía como presidente de la
Afa. Para ese entonces, la Argentina había conseguido
el titulo mundial el año anterior, y llegaba una nueva cara al frente de este
deporte.
Al día de hoy, 32 años después de que suba por primera vez
al poder, lo seguimos teniendo ahí, como si fuera una estatua inamovible, como
el sol de todas las mañanas, buscando su noveno mandato al frente de este
organismo que se extenderá hasta el 25 de octubre del 2015.
Podemos hablar de 9 técnicos diferentes que tuvo la
selección mayor a lo largo de este tiempo. Podemos hablar del mundial en México
86, y de las dos olimpiadas conseguidas y dos copas América. Pero…¿Como se
elige al presidente?¿Quienes son los que votan?¿A quieres representan los
votantes?...Preguntas…la respuesta es simple y sencilla. Se juntan determinadas
autoridades de los diferentes clubes que conforman el “Comité Ejecutivo de la Afa ” y mediante sus notas
firmadas y “por votación” queda elegido el presidente. ¿Y cuantos se postulan?
Uno solo, él.
Yo me pregunto: ¿No tendríamos que ser nosotros, los socios
de los clubes, los que dejan la vida por ir ver a su equipo, los que todos los
meses abonamos determinada cuota para poder ir a la cancha, los que gritamos,
los que alentamos, los que decidamos quienes nos representan hacia el exterior?
¿Por qué no puede haber un sistema plural, diverso y democrático, en donde se
elija un día en donde todos nosotros vallamos a la puerta de donde cada hincha
sea socio, entremos a un cuarto oscuro, y coloquemos la boleta que mas creamos
mas pertinente para el futuro de nuestro futbol? TODOS.
Somos socio para eso, no solo para ir a la cancha, sino también,
para aportar a esa institución que tanto queres para que siga creciendo y que
día tras día sea un poquito más grande. Desde que uno nace, que va con el padre
de la mano, hasta que llega a ser vitalicio, “pasan los años, pasan los
jugadores”, pero el hincha sigue ahí, del otro lado del alambrado, no importa
quien este, lo importante son los colores.
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