lunes, 27 de junio de 2011

Nunca Más



Por Germán Gerbo


Realmente no sabría por dónde empezar la nota, si hacer hincapié en el encuentro, en la historia, en los jugadores, en el técnico, sinceramente todo esto se mezcla en una sensación nunca antes vivida. La muerte de un ser querido es de un dolor inmenso, inimaginable y que por suerte todavía no viví. Nada de esto es comparable con lo sucedido hoy, pero se nos fue un buen amigo, este se manchó tanto que terminó por sucumbir ante tanta oscuridad, este veintiséis de junio de dos mil once, mi identidad futbolística murió.
Este no es el River que conocí, a mi me enseñaron que cada un año o menos éramos campeones, que la Copa era nuestro objetivo, que estuvimos diez y ocho años sin salir campeones pero con planteles que seguían haciendo historia, que hubo malas y las puede haber no me cabe ni la menor duda. Pero esto no, como “más grande lejos” que somos (esperemos seguir siéndolo) nos fue imposible contener la emoción violenta ante semejante estafa.
Durante estos veintiún partidos finales (ya que hay una seguidilla previa) se puede apreciar el desorden total, la traición a la historia y el engaño de poder pelear un torneo, ¡como nos equivocamos! , el amor a la camiseta sin tocar la pelota, el aliento incondicional que compramos de los mercenarios del tablón y la desinformación a la hora de ir a las urnas fue un cachetazo mortal para nosotros, los boludos que llenamos la cancha gritando por el hurto de cien diez años de historia.
Se vio un panorama apocalíptico en el monumental, vidrios rotos, saqueos, maderas de las butacas volando, la violencia implantada en el fútbol popular por un pueblo que fue de clases bajas, que hizo sus primeros inicios bajo la cultura de un pueblo marginado por los ladrones históricos de bastón y galera en nuestro país. Ya con esta cultura inculcada en este deporte se autodestruyó nuestra propia casa para canalizar un dolor colosal, de tantas formas de manifestarnos elegimos nuevamente la autoflagelación, en su peor faceta. Junto con la siempre cómplice policía, tan asesina o más como el que agrede del otro lado, son barra bravas con matricula y autorización, inoperantes que fieles a sus orígenes políticos de reprimir a los pobres para que los ricos puedan hacer sus negocios, actuaron de manera indiscriminada e incentivando a la violencia, en vez de apaciguarla.
Y qué decir de los verdaderos ladrones, que andan en Mercedes Benz y se manejan tranquilos en sus casas o las oficinas del club, ¡sus hijos no van a poder pisar el club! y gracias al descreditismo que sufren los dirigentes en este país, no tendrán una sentencia como corresponde, pero cargarán todas sus vidas con el peso de la condena popular, la cual no se puede aplicar en ningún papel.
Y hoy me vengo a enterar que nuestro nuevo director técnico es Matías Jesús Almeyda: nuevamente una medida tribunera para saciar a las masas, ponemos al máximo referente en el banco, sin tener la más mínima experiencia como entrenador y exponiéndolo como un supuesto capitán de tormenta sin su debido proceso de adaptación, otro error de una de las peores gestiones en el club de la historia.
Haciendo la digestión de todos estos sucesos que trascendieron como una causa nacional, quiero dejar en claro que River en menos de dos meses tiene que volverá jugar, rearmar el equipo, formar un cuerpo técnico y emprender la difícil tarea del ascenso, La Banda no perece, es ahora que hay que resurgir, el dolor que nos anestesia tiene que ser fuerza para volver a jugar, no a poner huevo como algunos que se olvidaron de nuestra historia se desalman pidiendo.
Es la hora de volver a empezar, con lagrimas en los ojos, lo que será la página más negra de la historia y con lagrimas en los ojos “darle para adelante”, mucho más no puedo decir, tengo que ver al River de mi vida jugando en la “B” para creerlo, por lo tanto ya con este siglo de notas finalizando y el trágico desenlace sencillamente digo: “Nunca más”.

1 comentario:

  1. Muy buenas,

    Yo soy hincha de River, pero bueno, desde España (y siendo español) no es lo mismo, lo se. Como decía soy hincha de River, lo sigo desde hace ya tiempo, cuando no existía internet, y cuando la oportunidad que cayera en mis manos un ejemplar de El Gráfico era poco menos que inexistente, pero mira, una reseña en el periódico por aquí, una crónica por allá, un partido que pasaban por la televisíón, íbamos "tirando". Y fue así como conocí a Francescoli, a Passarella, a Gallardo, a Salas, Aimar, Saviola...

    Pero hará cosa de 5 o 6 años la cosa ya empezó a cambiar, cada vez eran más jóvenes los jugadores, y River empezó a hacer cosas que no había hecho nunca. "No pasa nada, River no puede bajar" decían, "Para eso inventaron el promedio, para favorecer a los grandes" seguían diciendo. Pero llegó el día en que ocurrió lo inimaginable, ¿y ahora qué?.

    Lógicamente, desde España no he podido seguir todo el día a día de la gestión de River, pero lo poco que he leído ha sido bastante poco tranquilizador. Para el equipo ningún descenso puede darse por "bien empleado", pero si esta catástrofe sirviera para que tantas cosas que se hicieron mal, se empiecen a hacer mejor, por lo menos no desperdiciaríamos la oportunidad.

    Una última reflexión para los aficionados de Boca, no festejen tanto, recuérden por que ha bajado River y tomen nota, porque contra esa enfermedad no hay vacuna en el fútbol actual (ojo, ni en Argentina ni en España) la corrupción y la gestión irresponsable se instaló en el fútbol y de ahí no la van a sacar, así que mucho cuidado.

    Un saludo desde España y ¡Aguante River!...

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