viernes, 24 de junio de 2011

¡Vayanse todos! - Belgrano Vs. River


Por Germán Gerbo

¡Inútiles! ¡Incompetentes! ¡Basuras!, no terminaría más si hago una lista de adjetivos para ustedes en conjunto, son una falta de respeto a la historia, unos mediocres, unos cobardes, simplemente hicieron todo mal, fallaron cuando había que acertar fácilmente, vendieron humo en enormes medidas y nosotros compramos unos besitos a la camiseta, ¡Acá tienen esos besos! Que nos dejaron sin el símbolo máximo para el próximo partido.
Hoy se resumió lo que se hizo en todo el campeonato, en la primera mitad jugamos tan solo con un punta, como cuando el descenso nos carcomía los talones y ya para la segunda mitad, la estupidez terminó de consumir a ese cuatro de copas que tenemos en el banco, que sencillamente atinó a afligirse como un buen actor de reparto en el banco de suplentes, planteando un desorden total mediante sus cambios inentendibles para la cabeza de cualquier ser humano. Demostramos nuevamente lo que merecemos, la desorientación, la bola de nieve de fracasos y el saqueo institucional ponen en vista de todos las consecuencias, las trágicas e inevadibles consecuencias…
Inofensivos, eso es lo que somos, hace años que no inquietamos arqueros rivales, que no movemos redes con seriedad, hoy nuevamente Juan José López, intento de hincha, puso la ineficacia en cancha, de entrada puso al burro de Funes Mori, al mezquino de Arano y plantó jugadores de poco rodaje para comprometerlos, algunos se cargaron con cinco amarillas (pero ojo, el Pelado se besó la camiseta ¡sufran las consecuencias pelotudos!) y aparentemente cargando de presión a otros tantos, aparentemente se necesita experiencia para jugar estas series, River lo pagó caro.
Qué decir del planteo, explayándome en lo que mencioné anteriormente sobre el resumen del campeonato, se puede decir que al jugar con un punta el primer tiempo y con dos el segundo invirtió el sentido del partido ¡Era al revés! ¿Acaso estamos en condiciones de sobrecargar la defensa como lo hicimos, de dejar los espacios que se dejaron y presionar de la manera que no se hizo?, nuevamente la autoflagelación nos consume.
Imposible no hablar de los lamentables sucesos que casi nos dejan sin público el fin de semana: la bronca es entendible pero hacer eso es una clara señal de que ya está, de que se acaban ciento diez años de historia y los deberemos reconstruir, comenzando por nosotros parando de alentar basura, de alentar de manera zombi y priorizando la protesta a quedar como los “machos del tablón” que revientan todas las tribunas aunque nos roben hasta las ganas de vivir.
Con mis ilusiones en la basura, solo me queda decir: “que sea leve”, que el llanto desgarrador que nos aniquilará el domingo sea pasajero (una huella imborrable), replantearnos nuevamente los objetivos del club y comenzar de abajo, mostrar la grandeza reviviendo de las cenizas y volviendo a ser ese monstruo del fútbol que supimos ser.

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