jueves, 9 de junio de 2011

¿Que alentamos cuando alentamos?




Por Fabián Andrés Feld


Que el futbol es el deporte más popular en el mundo no es novedad para nadie, pero tal vez poco se habló de las razones por las cuales esto sucede.
Si lo comparamos con otros, basket, handball, volley, etc. sucede que es altamente probable que el mejor de los dos equipos gane el partido, en cambio, en el fútbol no siempre es así y de allí su encanto y atractivo. Aquí es posible, y aún más, hay importantes chances que el equipo débil le gane al supuestamente más fuerte porque intervienen una cantidad importante de factores en el resultado. Habilidad, estrategia, picardía, oportunidad, etc. son algunos de los factores que, utilizados en forma inteligente, pueden alterar un resultado haciendo que lo anteriormente mencionado suceda.
Esto hace que el fútbol sea tan popular, porque se parece bastante a esta fantasía que todos tenemos acerca de que un golpe de fortuna toque nuestras vidas y milagrosamente salgamos de perdedor. Por eso la alta popularidad de figuras como Tinelli, Susana, Mirtha, Maradona, etc. porque aspiramos a convertirnos en alguien como ellos de modo de salir de nuestra monótona vida. ¿Te quedaste pensando aquí?, ¿Tal vez dijiste este tipo está loco? Acuerdo contigo, yo también hubiese cuestionado esta última afirmación, porque francamente creo que esto no nos sirve ni individualmente ni como sociedad. Mucho mejor sería aspirar a un pasar digno y relegar el crecimiento y bienestar a la sociedad toda en un plano de mayor equidad. ¿Cuánto más importante seria querer ser mejores en nuestra vida, oficio o profesión y que esto fuera la llave para el acceso a lo que necesitamos y a lo que cada uno de los individuos que componen la sociedad precisa? ¿Cuánto mejor sería que todos tengamos lo que dignamente necesitamos y evitemos los excesos o lujos innecesarios? Lograríamos una sociedad más segura, más justa y mucho más digna. Pero bueno, esto es otro tema… sigamos.

Ahora bien, estos últimos años escuchamos mucho en las canchas “en las buenas y en las malas”, “esta noche cueste lo que cueste”, etc. y yo no acuerdo con esto. Prefiero elegir cuando alentar y en ocasiones puedo alentar en las malas y no en las buenas, otras veces lo hago en forma inversa pero esto depende en mucho de las circunstancias que rodean cada partido.
Si pensamos que hay una comunión entre hinchada y equipo, ambos tenemos que poner lo mejor de cada uno en el lugar que a cada uno le toca y sin ir más lejos, ayer miraba River – Colón y me indigné con el técnico en el entretiempo. ¿Qué es eso de incluir de una sola vez y al comienzo del complemento a Pavone y Funes Mori?, ¿Qué significa eso? El DT simplemente cubrió sus espaldas a la hora de la conferencia de prensa posterior. Se la veía venir y ya preparó su “No me califiquen ahora de defensivo, puse todo y mirá lo que pasó” ¡Vamos López! No soy ingenuo. Esa no es manera de hacer cambios, no pensaste en el equipo, sólo pensaste en vos mismo y eso hace que no pueda alentarte en las buenas y en las malas, porque vos no estás pensando en el equipo sino en tus propios y mezquinos intereses. Yo no aliento en esas condiciones.
¿Y del equipo?, ni hablar. El equipo no trasmite nada, no hay pasión (y no hablo únicamente de traspirar la camiseta). Veo solo desesperación, egoismo, desinterés, nada de vergüenza deportiva.
Si el fútbol es la convergencia de habilidad, preparación física, picardía, juego de equipo, una dosis interesante de individualidad en función de equipo, sacrificio, un cuerpo técnico y dirigentes compenetrados con los objetivos del equipo (ah!! La dirigencia!, otro tema!), estrategia e inteligencia, no veo ninguno de esos ingredientes en la cancha, entonces no puedo seguir alentando ciegamente y cueste lo que cueste, no lo voy a hacer, porque esta situación no me representa y no estoy hablando de resultados (era chico todavía y sólo viví una parte; ¡si habré alentado, sufrido y disfrutado del River que no salió campeón durante 18 años! ¡Ese River me representaba mucho mejor que el actual!, y por actual me refiero al de los últimos 6, 7 u 8 años).
Pero esto tiene sólo una única solución que seguramente nadie está dispuesto a poner en práctica. Los dirigentes nos están vendiendo mercadería podrida a precio de la buena, mientras hacen sus propios negocios. Si uno fuese al almacén y comprara algo en mal estado, lo devolvería, protestaría, exigiría la devolución del importe, y en última instancia, no volvería más a ese comercio, pero no, aquí consumimos jugadores, cuerpo técnico y dirigencial en muy mal estado y nosotros insistimos en ir a la cancha y llenarla... ¡De locos!

1 comentario:

  1. Muy buena nota fabian. AL leerla me resultó del mismo estilo que tu anterior nota, con respecto a la pasión y la razón. No digo que sea igual pero esta orientada hacia el mismo lugar.

    Y esas 6, 7 u 8 cosas te quería decir...,! un abrazo..

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